Manuel Silva y Juan Pino en rueda de
prensa (Foto Ronda Semanal)
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Nací en Lepe (Huelva) el 11 de mayo de 1966.
Desde joven me aficioné a la guitarra, y comencé tocando y cantando en el grupo flamenco “AMIGOS DE ALBA”, en Ayamonte (Huelva), actuando por la costa onubense y el Algarve portugués, así como para la RTV portuguesa.
Cuando aprendía mis primeros acordes ya ponía música a mis poemas, y fue así como me fui decantando por el estilo de cantautor, cantando en bares musicales y participando en actos culturales.
Me instalé en Jimera de Líbar, en plena Serranía de Ronda, donde tras la grabación de un CD de Cantautores :“DE RONDA Y SU ESPLÉNDIDA LEJANÍA”, formé parte como compositor y cantante del grupo “SURCONCIENTE”, con el que participé en conciertos por la provincia de Málaga, con el programa “NÓMADAS: Artistas del Movimiento ”.
Más tarde dejé al grupo y me fui a Madrid, donde estuve tocando como solista en algunos locales emblemáticos de la noche madrileña como “El Rincón del Arte Nuevo”, y en locales de actulidad, como el “Beer Station” o “El Taburete”, compartiendo programa con cantautores como Noel Soto, Inma Serrano o Mercedes Ferrer.
Actualmente he vuelto a Ronda donde sigo componiendo y cantando, y junto con otros músicos estamos trabajando para la grabación de un CD, en el que se incluirán canciones hechas con calidez y ternura, con ritmos variados y sencillos, y una poesía cargada de sentido común. Mezclado con todas las influencias de lo vivido, de lo escuchado y lo compartido.
Manolo Silva
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Un niño poeta
Hay dentro de mí
un niño contento
con tanto vivir,
un niño cantando
encantado y feliz.
Hay dentro de mí
un niño que ríe,
abiendo reir,
sacándole el jugo,
jugando a vivir.
Hay dentro de mí
un niño poeta
que escribe de mí,
conversa con versos,
reverso de mí.
Hay dentro de mí
un niño incansable,
por más que le hable
el quiere seguir
jugando a la vida,
jugando a vivir,
siempre está dispuesto
a amar y a sentir.
M. Silva |
A
LAS ESTRELLAS
Cuántas estrellitas
Hay en el cielo,
quiero saber.
Por eso las cuento
una y otra vez.
Empiezo por las decenas,
llego al millar
y nunca me sale
la cuenta cabal.
Estrellas del firmamento,
¿cómo os puedo contar?
si jugáis al escondite
y no paráis de trotar.
El número de estrellitas
que hay en el cielo,
nunca lo sabré;
aunque las siga contando
una y mil veces cien.
María A. Endrina Fernández
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POSIBLE
CRÓNICA DE UN SUPUESTO VIAJE...
¿ Tertulias de Poesías?
Por: EL VIAJERO
VII
Continuamos el viaje. Quizás sea el momento de recordar
que el nuestro no se atiene a itinerarios rigurosamente planteados,
esos que obligan a prever el uso que ha de tener cada minuto
del recorrido, porque entonces no se cumple el contrato del
viaje. El nuestro deja abierta la puerta a la intuición,
a posibles caminos que no figuran en los planos, a desviarnos
si así nos place y agrada. Recordaremos que nunca fue
nuestra intención, en el inicio, llegar a parte alguna,
el viaje comenzó pensando en el trayecto.
Y a ese trayecto, de pronto, pueden afluir tal cantidad de
cuestiones que dificulten la narración, por no ser posible
establecer prioridades entre ellas, por tener la sensación
de que al hablar de unas antes que de otras no se es justo con
lo vivido.
El resumen podría ser plantear el tema de la “comunicación”.
Académicamente es posible (emisor-medio-receptor), pero...
¿no es muy frío?. En ese mismo territorio podríamos
hablar de todo lo dicho al respecto y aún así...
¿el mensaje será cálido o gélido?.
Hay que imaginar lo que sucede cuando la comunicación
es profunda, cuando trasciende todas las definiciones posibles,
cuando absorbe todos los matices insospechados, cuando hace
manifiesto “lo que se esconde” detrás de
cada palabra, de cada mirada, de cada gesto, de cada sonido,
de cada olor, de cada... Entonces nadie quiere irse, nadie quiere
abandonar, nadie quiere dejar de respirar ese aire..., y cambiarlo
por otro.
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