La tertulia a la que yo asistí:

La última tarde del mes de agosto, el Colectivo Cultural Giner de los Ríos, celebró la fiesta de la Poesía. De nuevo el patio Mudéjar del Palacio de Mondragón, fue el escenario del cierre del tercer ciclo de las Tertulias de Poesías “El Cinco a las Cinco”, adornado para la ocasión con las magníficas esculturas en cerámica del artista Juan Ramón Gimeno.

Casi todos los poetas y músicos de las tertulias acudieron a la cita, y un público tan numeroso como entregado, hicieron de la velada un total éxito.

En primer lugar Valentín García Alonso acompañado por su guitarrista nos brindó uno de sus profundos poemas. A continuación, los jóvenes ganadores del certamen de Poesías “Francisco Criado” del instituto Rodríguez Delgado, Carlos García Salas y Rubén Eloy Ortega, recitaron su poesía y también la de la ausente Valentina Palacín. La música en esta primera parte estuvo a cargo de la carismática rondeña Maria Villalón, tocando “Elegía para Cenicienta”al violonchelo.

Juan Miguel Melgar, poeta arriateño supo con su natural sensibilidad llegar al público con un poema en contra de la violencia hacia la mujer.

Eduardo Hernández quiso, con su palabras cercanas y auténticas construir un nuevo poema para la ocasión.
Los violines de Mark Mcevosy y Sarah Tilley cerraron la segunda parte.

Carmen Rodríguez, coincidió con Juan Miguel Melgar en dedicar su poema a la mujer maltratada, levantando un sincero aplauso del público. Al igual que José María León Cordón, cuya poesía homenajeaba el esfuerzo y sacrificio del colectivo de invidentes de la ONCE.

Loli Mesa, madre del recordado Juan Manuel Gamero recitó uno de los mejores poemas que dejó su hijo en su corta pero intensa trayectoria artística. Las notas elegantes de la guitarra de Carlos Becerra sonaron como colofón a este emotivo momento.

El ciclo de verano fue recordado en la poesía de la rondeña Ana Segura Maqueda, cuya serenidad nos deja siempre un espacio abierto a la espiritualidad.

Por último, Manuel Joaquín Román Espinosa de Grazalema, nos recitó sus versos que transmiten la realidad cotidiana.

Cerrando este entrañable paseo por el color y la música de las palabras, el tenor malagueño José Manuel Yagüe puso el broche de oro con su portentosa voz.

Ani Rosillo