Ana Maria Rodríguez
Tengo cincuenta y siete años, estoy casada, soy madre de dos hijos, secretaria y auxiliar administrativa jubilada, estudio las técnicas de terapia Reiki, habiendo obtenido el segundo nivel. Actualmente, y desde hace once años, vicepresidenta del Grupo Cultural A.C.A.D.E.M.U.S., componente del dúo cómico KARISMA: represento sketchs de producción propia. Libros publicados: “Sinfonía en otoño”, antología de cuatro poetas, y “Ecos de Musas”, preparo un tercero. Soy poeta de alma y corazón, mi mayor ilusión: llevar alegría y amistad allá adonde yo vaya.

El adiós

Cae la lluvia,
y bajo el paraguas,
vamos caminando de prisa de prisa
a coger el tren en el que te marchas.
No puedo evitarlo,
me invaden las lágrimas.
Por favor, no llores,
que me parte el alma
dejarte aquí sola
y tan desconsolada.
Tus tiernas palabras
nada me animaban.
Que un mes pasa pronto,
que dentro de nada
de nuevo estaremos
paseando juntos por la bella Alhambra.
Por favor, no llores,
que me parte el alma.
Mas como otras veces,
hoy también pasaba
que subiendo al tren
diciéndome adiós
tú también llorabas.

Ana Maria Rodríguez

Ruegos y dolor

No subas a la patera,
por Dios, hijo, vuelve atrás,
¿qué prodigios te contaron
del otro lado del mar?
Tus amigos se marcharon,
no sabemos dónde están,
noticas nos llegan pocas
del otro lado del mar.
Que pasarás hambre y frío,
que estarás en soledad
sin ninguna mano amiga
que a ti te pueda ayudar.
Aunque aquí hay mucha pobreza
pero tu familia está,
que te faltará de todo
pero amor te sobrará.
Ya veo que no me haces caso,
que en la patera te vas,
que te mueve el gran deseo
de querernos ayudar.
Y me quedo aquí, en la orilla,
con mi honda soledad
mirando en la lejanía
cómo mi vida se va.
De rodillas en la arena
a mi Dios vuelvo a rezar,
pidiéndole con el alma
que no se quede en la mar,
que llegue hasta tierra firme,
que encuentre felicidad
y que no permita jamás
que yo abandone este mundo
sin saber cómo le va,
sin saber qué es de su vida
y mi hijo dónde está.

Ana Maria Rodríguez