Don José MacPherson (1839-1902)
constituye una figura singular en el despertar
científico de nuestro país en el
último tercio del siglo XIX. Es además
un pionero en el avance del conocimiento de la
estructura geológica de la Península
Ibérica y un maestro abierto y desinteresado
para sus numerosos discípulos y para todos
los que se acercaron, a partir de 1884, por su
casa laboratorio de la calle Exposición
4, en Madrid.
La situación económica
de la familia le permitió estudiar con
los más prestigiosos profesores europeos,
libre de las estructuras académicas. En
Paris Química y Mineralogía con
el profesor Félix Pisani de Serres, con
Gabriel-Auguste Daubrée y Stanislas Meunier,
metodología de los trabajos de campo. Realiza
una estancia en los Alpes Suizos y se relaciona
con el famoso orogenista Alberto Heim. Así
que sin cursar ninguna carrera universitaria y
sin detentar ninguna titulación académica
oficial, alcanza amplios y profundos conocimientos
en todas las ramas de la Historia Natural, principalmente
en Geología Estructural, Petrología,
Estratigrafía, Meteorología y Astronomía,
siendo el introductor en nuestro país de
la técnicas de realización de láminas
delgadas para el estudio petrográfico de
las rocas, las cuales hacía en su propio
laboratorio.
Don José
MacPherson y Hemas
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Nació en una familia de comerciantes
formada por el matrimonio celebrado en Cádiz,
en 1819 entre un escocés, Donald MacPherson,
y una gaditana, Josefa Hemas, de la que fue el
último de once hermanos. Su vida discurrió
entre el comercio familiar, que no le atraía
demasiado, y el interés científico
por todos los fenómenos de la naturaleza,
que fue la razón de su quehacer a lo largo
de la mayor parte de su existencia.
Además de los acontecimientos
familiares, que modelaron su personalidad y de
la introducción en el estudio de la Historia
Natural, que Barrera (2002), atribuye conjuntamente
a su hermano mayor Guillermo a Domingo de Orueta
y también a la influencia de Antonio Machado
y Núñez, Catedrático de la
Universidad de Sevilla, la actividad científica
y docente de MacPherson, y su promoción
y mecenazgo, se distribuyen entre dos Instituciones
que se fundan en su época de mayor plenitud
científica, la Sociedad Española
de Historia Natural (1871) que responde a la necesidad
de promocionar y dar a conocer las investigaciones
de los naturalistas españoles y la Institución
Libre de Enseñanza (1876), que en respuesta
a la situación creada por la segunda cuestión
universitaria, nace con una clara inclinación
docente y educativa, a la que quiere aportar aires
renovadores. De ambas Instituciones fue MacPherson
miembro activo hasta su fallecimiento y también
en ambas quedaron importantes huellas de su saber
y dotes docentes y humanas.
En la sesión del 6 de noviembre
de 1872 de la SEHN Juan Vilanova propuso la admisión
de José MacPherson, junto con las de su
hermano Guillermo, Tomás Parraverde, Julián
Somovilla, Eduardo González y José
Olavide. En la sesión del 4 de diciembre
fue aceptada su admisión tras el informe
favorable de tres socios, entre los que se encontraban
dos socios fundadores. En 1879 fue elegido vicepresidente
y en 1880 Presidente, de una Junta Directiva formada
además por Ángel Guirao, Serafín
Uhagón, Francisco de Paula Martínez
y Sáez y Francisco Quiroga.
En La Española MacPherson
encontró el ambiente científico
que le permitió exponer, contrastar y discutir
sus ideas e hipótesis geológicas
con los naturalistas más destacados de
nuestro país y dispuso de una revista científica,
los Anales, en la que publicar sus trabajos e
investigaciones y darlos a conocer a la comunidad
científica nacional e internacional.
Por su amistad con Francisco Giner de los Ríos
conoció desde el principio la génesis
de la Institución Libre Enseñanza,
pero no formó parte de su núcleo
fundador, aunque pronto, en 1882, se incorporó
como profesor de Geología a sus actividades
docentes. Más tarde en 1895 suscribió
una acción de la ILE y a su fallecimiento,
en 1902, legó a D. Francisco Giner o a
Manuel B. Cossío, todo su material científico
y su biblioteca, legado que Giner pone a disposición
de la Institución y que será el
germen del Laboratorio MacPherson montado posteriormente.
En la Institución MacPherson
desarrolló su faceta docente y divulgadora
y su capacidad como organizador y planificador
de excursiones para observar y estudiar directamente
los fenómenos naturales. También,
con sus aportaciones económicas y las donaciones
de material científico, colaboró
en la estabilización y mantenimiento de
la Institución en su primera época
y en la mejor dotación de sus laboratorios.
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