Actividades y Tertulias
 
Tertulia de Diciembre 2016 poemas de JUAN GARCÍA LÓPEZ, de Cambil y las fotos de ANTONIO Márquez, de Ronda

 


NOTA BIBLIOGRÁFICA.

Juan García López (Cambil, 1979). Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Granada y profesor de Geografía e Historia en educación secundaria.

A lo largo de su trayectoria poética ha recibido reconocimiento público a través de una serie de premios, además han visto la luz sus siguientes poemarios: Desde el recuerdo (II Proemio de Loja), El mar inmerso (colección Señales de Poesía del ayuntamiento de Jaén) y Cartografía Humana (Editorial Alhulia).

También ha participado en diferentes ediciones de revistas de creación literaria como Tántalo, Saigón, Aldaba o La Bolsa de Pipas (editorial Sloper). Y ha recitado en los Encuentros Literarios organizados por Juan Peregrina y Fernando Soriano en Granada, así como en las Tertulias de poesía organizadas por el colectivo cultural Giner de los Ríos.



PRÓLOGO EXTRAIDO DEL POEMARIO CARTOGRAFÍA HUMANA DE JUAN GARCÍA LÓPEZ

Tras una lectura de Cartografía humana en seguida se advierte la presencia aplastante de la ciudad, escenario en el que el autor coloca al amor, la soledad, el deseo o la pérdida. Sitúa en ella sus pasiones, sus sueños, sus vivencias. Es llamativa la utilización de la piedra, el asfalto, los tejados, lo duro y metálico, lo pesado de la ciudad para expresar ciertos estados de ánimo. El recorrido está delimitado y contenido en los títulos de los poemas. Parecen funcionar trazando un recorrido por ese mapa humano de los sentimientos. Búsqueda. Juan García abre su corazón, y nos expone un itinerario íntimo, un viaje a través del amor y de la ausencia, de la realidad y del deseo. Juan García nos deja el rastro claro: hay un peso, un dolor, un deseo, laberíntico, confuso, tanto dentro de sí como fuera. La ciudad simboliza esa inmensidad donde vaga perdido, donde recuerda, donde busca pero no encuentra. 

Fernando Soriano



Hablando con Juan García, entablando un diálogo con sus poemas, encontramos que le interesa la ciudad, descubrimos que es un animal del asfalto y que disfruta apropiándose de calles y plazas, poéticamente hablando, expresando su idea de la vida, el amor, la literatura o el recuerdo, así como la posible futura pérdida de la inocencia ya sea por la pérdida del amor o por la traición del mismo.

La cabeza de Juan García —y él mismo— están en movimiento constante, mediante mapas, viajes, fotografías y una «equis» marcada en la arena de una oscura playa que espera que García recolecte imágenes luminosas que nos sugieran que el amor es real, el recuerdo una forma de vida y unos versos no son simplemente unas líneas debajo de otras. Las ciudades, los individuos como niebla, los teléfonos que indignan nuestra  percepción… sirven de excusa al poeta que, contaminado por la soledad, falto de la compañía, comienza una serie de editaciones sobre el vacío que le causa la falta de la otra persona, que desencadenan imágenes melancólicas… Uno de los mecanismos en los que el poeta se siente poderoso es en esos recorridos por escenarios urbano-guerrilleros respectos a la clásica «guerra de amor»: el asedio, la batalla, la rendición, el amor en su estado puro. El profeta que lleva dentro casi todo poeta, prevé viajes, descubrimientos, dolor (…) sobre países extranjeros que quizá no conocemos, donde suceden hechos que sí hemos vivido, que el sujeto del poema vive y vivirá, al igual que volverá a repasar con mirada melancólica los detalles misteriosos que encierra una fotografía, y que antes eran otros porque cada nueva mirada añade nuevos elementos. 

Juan Peregrina 


 






Juan Garcia



 


SELECCIÓN DE POEMAS



Confieso



El día menos pensado

te digo la verdad:

que en tus ojos crecen los bosques de la esperanza,

que mirarte cuando duermes es otra forma de tenerte,

y el deseo galopa en estampidas sobre tu piel.

Te diría,

cuando voy sin ti camino por un paisaje lunar,

tuve que esperarte 365 días para nacer;

y a veces la noche huye en desbandadas

dejando en tu cuerpo desnudo la única verdad.

Quiero decir si alguna vez

me atrevo a confesarte:

que hay días que parece imposible

entenderme sin ti,

y ventanas

resueltas a empujar la soledad

si decides no volver,

que aprender a olvidarte es

cruzar la frontera hacia un largo destierro.

Y tantas cosas que me faltan por decir;

arañando las paredes del silencio,

buscando otra forma de llegar a ti.



Aniversario



Has cruzado la estepa de un corazón solitario;

tras tus huellas acecha una mirada con mil rostros,

la noche como una trinchera

busca la luna en tus ojos.

Avanzas; por no perder la senda

marcaste sombras con cruces de fuego,

mientras contienes las hienas

con ataduras de escarcha,

has llegado a la frontera de mis labios asesinos.

Hay madrugadas que sueñan

sobre lagos de mercurio, y acantilados

que esperan al borde de una cama naufragar

barcos en cadenas cargados de esperanza;

pero tú viste tras la niebla

bosques de luz creciendo por minutos,

el alba cerrando estrellas en la lumbre de mis dedos.

Así llegaste a mi puerta,

rompiendo los espejos del silencio,

centinela de mis noches,

y sigues montada a la cresta de un mar en borrasca,

con este temblor de arterias que me sube si me llamas.



Canción de los cinco días sin ti



Cinco puertas me conducen a casa;

la primera muerde un lunes herido

de escarcha;

el martes tira la segunda a un siglo

que pasa;

ausencia es miércoles con la tercera

amenaza;

pero el jueves intuye siluetas en

la cuarta; y

la quinta abre el viernes de tu mirada.



Caminos cruzados



A veces me pregunto en qué ciudad

te vi por primera vez,

cuántos nombres convoqué hasta llegar a ti;

en qué momento miré y tus ojos se abrieron

para verme pasar, como un lobo

que deja sus huellas sobre la nieve de Hyde Park,

repetido por la luna en las aceras de Granada,

o atravesado por el frío

bajo las terminaciones nerviosas de la soledad.

Por qué me elegiste a mí, entre tantos hombres;

y hubo un día en que diste un nombre,

y una forma de mirarme, hasta hacerme único;

qué Dios o qué destino

me abandonó en cualquier esquina

para que tú pudieras encontrarme,

cuándo será la próxima vez que nazca de tus labios.

Y al final;

cuántas veces he de volver a los mismos puntos

donde ya te echaba de menos,

antes de conocernos, antes de encontrar la vida:

vida de caminos cruzados.



Urbanismo de mujer



Quién sostiene tu recuerdo.

Qué hombre vino a buscarte

bajo el humo cristalizado de los alminares en Estambul.

Quién camina por el Gran Bazar

y araña en los espejos hasta encontrar tu rostro

como el arqueólogo que busca

las huellas fosilizadas del amor.

Porque en esta ciudad los puentes

se han vuelto preguntas, y el agua

que convoca continentes centellea

junto a los adoquines encarnados de la soledad.

Pero… cuándo tu cuerpo se hizo ciudad,

en qué momento

las calles empezaron a llamarse por tu nombre,

para que la lluvia fuese marcando tu perfume

sobre la piel de los edificios.

Hasta que alguien pueda regresar

a esta ciudad que ya no existe.

Pero que se extiende bajo las huellas dactilares

de un hombre, que aún te ama,

como surcos alimentándose del pasado.



Deshaciendo maletas



Un fósil es la suma de todas las calles

que me faltan por conocer,

cada fotografía sueña con parecerse a una ciudad,

y en los aeropuertos el futuro se escribe

sobre lagos de cristal.

Quien abre un mapa encuentra

la ecografía de un recuerdo,

llegar a cada estación es igual

que ir naciendo poco a poco, y en mis ojos

hay glaciares arrastrados

por cadenas de trenes en silencio.



Para después volver a casa,

como un resucitado que recorre sus antiguos objetos;

andar deshaciendo maletas y dejar sobre

el suelo las huellas desordenadas del camino.



Canción del que desayuna contigo



Domingo en tus ojos. Sueñas.

Una serpiente coral

repta por tu cuerpo. Muerdo

tu cuello y huyo en la espiral

de mis deseos. Despiertas.

Porque un perfume café

te regresa del sueño. Abro

los códices de mi fe



y marco tu nombre. Esperas.

Rezo el milagro de estar

cada día contigo. Llevo

el desayuno a tu altar

y me doy a tus labios. Besas.

Tú decides sabor miel.

Mientras yo me desayuno

otra mañana en tu piel.





Antonio Marquez y sus fotos
 















 


Antonio Márquez



Nacido en Ronda en 1982,  biólogo y aficionado a la fotografía. Empieza su pasión por la fotografía en 2013 cuando adquiere su primera cámara réflex, una Nikon D3200. Desde entonces no ha parado de aprender de forma autodidacta mediante la lectura de libros especializados, con compañeros de afición y con mucha práctica, algo que le sirve de excusa para realizar otras de sus aficiones preferidas como son la lectura y viajar.

Ha participado en concursos de fotografía siendo finalista y premiado en algunos de ellos, los más destacados son:

-Mención de Honor en el V Concurso Fotográfico Enfoca en Mijas, 2014.

-Finalista en el XXIII Concurso de Fotografía TORREMOLINOS, 2016.

-2º Premio Mejor Colección en el III Maratón Fotográfico de Torre del Mar, 2016.

Además ha participado en varias exposiciones tanto individuales como colectivas:

-Exposición individual Paisajes y Naturaleza en el hall del teatro Vicente

-Espinel de Ronda durante la Noche en Blanco, 2014.

-Exposición colectiva colaborando con Colectivo Cultural Giner de los Ríos para las Tertulias El cinco a las cinco, 2013-2014.

-Exposición junto con otro compañero de afición en el I Ciclo VIERNES PHOTOS organizado por la Asociación fotográfica rondeña ASFOTRON, 2015.

-Exposición colectiva organizada por la Delegación de Juventud de Ronda, 2016.

-Exposición Fotográfica: Los picaportes de las casas de la Serranía de Ronda, organizada por Colectivo Cultural Giner de los Ríos, 2016.



Contacto: antonioyalako@gmail.com

















 


Índice de fotografías:

Fig.1. Plato de cerámica situado en el patio de la Casa de Don Juan Bosco.

Fig.2. Mirhab de la Mezquita que aún se conserva en la Iglesia Mayor.

Fig.3. Adorno de una de las puertas exteriores de la Casa del Rey Moro.

Fig.4. Azulejo situado en la fachada exterior de la Casa del Rey Moro que representa a Abomelic.

Fig.5. Ventana de forja rondeña situada en la calle Virgen de la Luz.

Fig.6. Rostro tallado en cada esquina de la fuente de los Ocho Caños.

Fig.7. Lápida en forma de corazón situada junto al Arco de Felipe V.

Fig.8. Tejado de estilo mudéjar del Minarete de San Sebastián.

Fig.9. Escudo de la fachada principal de la Iglesia de la Paz.    

Fig.10. Lacrimales de época romana utilizadas por las plañideras que acumulaban lágrimas para el difunto.

Fig.11. Ladrillo decorado con un crismón tipo BRACARIO con motivo religioso cristiano.

Fig.12. Capitel de una de las columnas del Claustro del Convento de Santo Domingo.

Fig.13. Farol de forja rondeña situado en el arco del Puente Nuevo.

Fig.14. Figurillas talladas en piedra de origen medieval situadas en el alero de la Iglesia Mayor.

Fig.15. Inscripción grabada en piedra donde indica el año de construcción del Templete Virgen de los Dolores.

















 

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