POEMARIO
LEJOS ESTA EL MAR
Lejos está el mar
lo busco en el horizonte,
es de noche,
y no lo encuentro,
lejos está el mar.
Aparece un cometa,
Ilumina el camino.
Detrás de esa roca,
detrás de esos árboles,
ahí está, detrás!
No lo sabía,
No lo veía,
¡Ya no está lejos el mar!
VOLVI A VERTE (SEVILLA)
Ayer volví a verte,
recorrí tus calles,
me adentre en tus plazas,
olí tu aroma, …tu luz.
Entre en tus casas,
comí en tus bares,
y sentí tu piel.
Oré en tu catedral,
a tus palacios, entré,
me empape de ti,
siempre has estado ahí.
Volví a ser tuyo,
tu azahar, tus flores, tu luz.
Me enviaste un ángel,
me acompaño, en el camino,
besé sus labios, cogí sus manos
sentí su piel.
Subí a las nubes y toqué el cielo,
Volví a ser un niño,
cogido de su mano,
ayer volví a verte,
Ayer…, Sevilla …, Ayer…
LAS ESTRELLAS NO BRILLAN ESTA NOCHE
Quiero escribir los versos,
más dulces esta noche.
Mi pluma se desliza,
sin pensar, libre,
sin ataduras.
Pensando en ti,
estallan mis sentidos,
la voluntad se anula,
se aleja de mí.
La noche esta oscura y triste,
Las estrellas no brillan en mi alma.
Te busco,
y no te encuentro.
Siento tu corazón, alma gemela,
tu pluma, junto a la mía,
tu sonrisa, tu mirada.
Mi cuarto, mi cama
todo huele a ti,
y nunca has estado.
¿Dónde estabas amor?
¿Dónde has vivido?
¿Dónde?
Sin yo saberlo
Vuelvo otra vez,
a ser un niño,
en tu regazo.
¡Cógeme la mano!
no la sueltes,
que me pierdo!
¿Dónde estás amor?
¿Donde?
¡Quiero saberlo!
PENSANDO SOLO EN TI
En mi estudio,
Delante de mi ordenador
trabajando, dibujando,
pensando solo en ti.
Estas y mi mente,
y no quiero evitarlo.
Dibujo, diseño, calculo …
pensando solo en ti.
Suelto mi lápiz
cojo mi pluma,
pensando solo en ti.
El papel blanco,
cruel, enorme,
afloran mis ideas,
pensando solo en ti.
Vuelo contigo,
te tengo a mi lado
¡Ya no estoy solo!
pensando solo en ti.
Te acaricio, te beso,
cojo tus manos
Tu cuerpo …
Pensando solo en ti.
Cierro los ojos
y te veo,
toco mis manos
y te siento,
pensando solo en ti.
Falta poco amor,
volveré a tu lado,
sin reservas, ni temor
pensando solo en ti.
Las cadenas
se han soltado,
solas sin esfuerzo,
pensando solo en ti.
Iré a ti
Recorreré tu boca,
abrazare tu cuerpo,
pensando solo en ti.
CUATRO PAREDES
En mis cuatro paredes,
con los sueños despiertos,
y mi pluma en la mano.
Suena la música….
Vuela mi espíritu,
otea el horizonte,
y solo encuentra la tierra,
quemada de mi alma.
¿Cuándo esto se acabará?
cuando llegara la lluvia,
que borre definitivamente,
las huellas equivocadas.
Mientras tanto, esperando,
el mañana que no llega,
el nuevo amanecer,
de un día sin fronteras.
La libertad se hace rogar,
el tiempo no pasa,
la espera es más larga,
y amargo el desamor.
¿Porque luchamos?
¿Porque vivimos?
Si lo importante,
lo obviamos….
Suenan tristes
los versos esta tarde,
tarde de olvidos,
y de llanto.
No me rendiré
seguiré luchando,
aléjame, aléjame, mi amor
de sombras y espanto.
EL CALOR DE TU MIRADA
Todavía siento el
calor de tu mirada,
el sabor de tus besos
y el olor de tu piel.
Olvidarlos quiero,
pero no puedo.
Sueño contigo,
vivo contigo,
me alejo, me escondo,
y siempre me encuentra.
Volveré un día,
sin nada, desnudo,
ni temor, ni rencor,
solo mi mirada…..
Limpio y blanco
libre de cadenas,
sin ataduras.
¿Cuantos sueños quedan?
¿Cuantas noches pasaran?
¿Cuántos días perdidos?
¿Cuantos sin tu presencia?
AMANECE EN RONDA
Amanece en Ronda,
las calles calladas...
la luz penetra poco a poco,
en sus fachadas.
El sol se abre camino,
y desaparecen las sombras,
la gente despierta,
ocupa sus calles doradas.
El tiempo se para,
se hace eterno...
en su carroza blanca.
Se dibujan las formas,
las cornisas, los balcones,
los cierros, las portadas.
Amanece en Ronda,
la ciudad soñada.
Mágico este instante,
de luz entre tinieblas,
y tú, y tú…siempre tú,
sin estar a mi lado.
MIEDO DE VERTE
El otro día te vi,
miedo de verte,
miedo de tus palabras,
de tus gestos,
de tu mirada….
Estabas radiante,
tu sonrisa, tu elegancia…
tan segura de ti misma,
como siempre estabas.
Y yo te observaba,
no podía, no…
fijar mis ojos,
en tu mirada.
No podía, no…
ni hablar contigo,
romper esa magia,
con vanas palabras.
Disfrute solo,
solo mirándote,
como te movías,
como lo pasabas.
Sentí orgullo de ti,
de mis recuerdos,
de momentos vividos,
y ya olvidados.
Fue lo mejor,
lo que soñé,
lo que un día tuve,
y al final se fue.
Solo queda el recuerdo
solo queda el amor…
sin esperanza.
CABALGANDO EN TARIFA
Domando mi caballo,
llego al horizonte,
lejano en el tiempo,
de la luna clara.
Las manos suaves,
la brisa en la cara,
y el mar esperando,
con sus olas bravas…
Chilla la arena,
el viento no cesa,
se encabrita el roncel,
buscando a su amada.
Calma, calma, calma…
corre, brinca, salta…
ya llegara el momento,
cercana esta la cuadra.
AMIGA EN LA DISTANCIA
Sentado en mi mesa,
con el pensamiento claro,
mirando los árboles,
las palmeras y el agua.
Aquí te recuerdo,
amiga en la distancia…
100 km nos separan,
hora y cuarto de escapada.
Te siento cerca,
muy cerca…
más cerca…
amiga en la distancia.
Toco tus manos,
acaricio tu cara,
tus ojos claros,
tu limpia mirada…
¡Ya no estoy solo!
Cierro los ojos….
y te veo...
beso tus labios,
siento tu piel …
Nunca has estado,
siempre estuvistes,
todo huele a ti...
amiga en la distancia.
EL ARBOL DE LA VIDA
Al atardecer, el sol se retira,
se dibujan las sombras,
siluetas de formas,
y las montañas doradas.
Y allí estas tú,
olivo eterno, en flor,
la primavera recorre,
la vida por tu savia.
Cuantas primaveras,
has vivido?
Cuántas vidas,
a tu alrededor?
¿Cuantos frutos has dado?
¿Nevadas y vientos soportados?
Tu tronco retorcido,
tus ramas caídas,
tus raíces profundas,
tus hojas florecidas.
Veo un nido en tu rama,
pajarillos que acoges,
que viven contigo,
comparten tu mirada.
¿Cuantos amores has visto?
Cuantas guerras, sinsabores…
Cuanta sangre a tus pies,
del hombre derramada.
Eres eterno como el alma,
impasible, año a año...
y pasa la vida…
y la muerte por tus ramas.
Me gustaría preguntarte,
y que tú, me contestaras,
¿Para qué sirve la vida?
sin la persona amada.
.....................
DESAMOR
Que caro es el amor,
cuando se va…
cuanto valor se necesita,
cuanto dolor deja atrás…
Ya no sirven las palabras,
solo los gestos,
sentimientos encontrados,
pasiones abandonadas.
Y tú, en tu torre de marfil,
con sed de justicia,
sin piedad, sin corazón
con altiva mirada, sin perdón…
Cuantas veces te he amado,
dime?
Besado tus labios, tu boca...
dime?
y tus pechos dorados...
Te he sentido temblar,
cerrar los ojos, suspirar
subir a la cima,
y de placer rendida.
Donde fueron mis besos,
¿Donde?
Donde mis abrazos,
¿Donde?
En que oscuro pozo,
sin retorno cayeron.
Recorríamos el camino,
Juntos de la mano,
Te soltastes, ¿por qué?
Quise de nuevo atraparte,
¡Ya no estabas a mi lado!
Volví a verte después,
ya no eras tú,
tampoco era yo.
¿El amor se acaba?
No, no, no…
Te acabas tú,
me acabo yo.
...............
CONFIESO QUE NO HE VIVIDO
Al atardecer de mi vida,
cuando todavía hay luz,
esperando que se apague,
y llegue la noche oscura.
Recordando el camino,
y los tiempos anidados,
unos cortos, otros largos,
plenos de alegría, otros amargos.
Debo confesar y confieso,
que no he vivido,
confieso que, si he amado,
también que he soñado.
Con una infancia feliz,
se truncó, mi adolescencia,
se hizo presente la muerte,
¡mi padre!, mi referencia…
Duros inviernos, fríos, desolados,
me mordieron, los perros del miedo,
las horas vacías, las noches eternas,
¿Y el amanecer?, sin llegar,
Le costaba tanto….
Poco a poco vencía la luz,
la noche más corta,
el sol se abría camino,
vencía el calor, cesaba el frio.
Una mañana clara,
llego el amor,
abrió la ventana!
y el aire entro.
Fresco, limpio, puro
¡Inundó mi alma!
Con los sentidos vivos,
de un hombre ya curado,
sin reservas, ni medidas,
me entregue a ti,
a ti, a ti, mi amada...
Si, si, fui feliz….
La vida, poco a poco,
apagando la llama,
los vientos, la lluvia,
rutinas y silencios.
Y llego el tiempo del medio día,
el calor, el trabajo, el sudor…
con mi cuerpo resentido, y ya,
¡ya no estabas compañera!
Tres flores nacieron, tres,
tres amores nuevos, tres,
tres vidas nuevas, tres,
y el caballo en la montaña.
El tiempo pasaba,
desaparecieron los sueños,
las promesas, los besos…
¡Y ahora aquí!, solos
en nuestro atardecer,
con la piel arrugada,
y el pelo plateado.
¿Qué será de nuestra vida?
¿Dónde fueron nuestros sueños?
¿Llegará un nuevo amanecer?
¿Un nuevo amor o un sueño?
.....................
SIN RENCOR
Se acabó, todo paso,
se acabaron tus risas,
tus miradas...
tu mano junto a la mía.
Recuerdo tus besos,
tus labios, tus pechos,
tu boca, tu piel,
tu vientre y tu pelo.
Las noches de amor,
las noches de pasión,
los cuerpos unidos,
de sueños atrapados.
No, no éramos dos,
no, no existíamos dos,
solo uno, uno solo,
ni tiempo, ni espacio.
Éramos eternos, sin limites,
sin cadenas, sin ataduras,
libres, siempre libres,
sin barreras, sin fronteras.
Nunca podré olvidarlo,
ni tú, deberías tampoco,
todo lo que se fue,
lo que se fue, y pasó.
De nada sirven los reproches,
las culpas, los rencores,
no se para el viento,
ni la lluvia cesa….
Atesora esos momentos,
¡Ya no volverán!
Perlas de la vida,
que siempre estarán.
¡Mira al frente!
¡Levanta la mirada!
¡Recorre tu camino!
¡Ya fuiste amada!
...............
EL MAR
Y aquí estoy, junto al mar,
ese mar azul, infinito,
sin límites ni fronteras.
Las olas una y otra vez,
rompiendo en la arena,
una y otra vez,
una y otra vez…
¡Qué mar más azul!
¡Qué cielo más azul!
Todo uno,
solo uno.
Y al fondo un barco,
minúsculo hito,
que se aleja lentamente….
¿Dónde ira me pregunto?
¿Qué almas llevara?
¿A qué puerto arribará?
¿Estarás tú en él, mi amor?
Navegando suavemente…
¡Y alejándote de mí!
Poco a poco se desdibuja,
ya no eres un barco,
solo un punto lejano.
Mi vista no me alcanza,
cada vez más lejos…
mucho más lejos.
Eres como el amor que se va,
barco amigo…
poco a poco, poco a poco….
Y al final, solo tú,
mar inmenso, solo tú,
todavía más azul,
como el cielo y sus estrellas.
........................
20 MINUTOS EN LA MAESTRANZA
Todo está oscuro,
aquí en mi chiquero,
esperando salir,
volver con mi manada.
Algo me han clavado,
desde arriba,
no sé qué es, no lo sé,
ya, ya llevo la divisa.
Suena el clarín,
por fin se abre la puerta,
no veo nada, ¡un túnel!
¡Y al fondo una la luz, mi casa!
Qué extraño, la luz me ciega,
¿Dónde está mi prado?
¿Dónde está la valla?
¡No hay salida, no hay!
¿Dónde está, que no la encuentro?
Y la plaza está llena,
todos me miran, todos…
y yo aquí solo, solo...
¡Empieza la fiesta!
Salen a mi encuentro,
me llaman,
corro rápido, raudo,
se esconden tras la valla.
¡Venga vuelve!, ¡Aquí estoy!
voy a pillarte, lucha,
¡venga da la cara!
Y pronto apareces tú, torero.
Embisto con ganas,
con todas mis fuerzas,
una y otra vez, y otra más…
Chilla la plaza,
violenta, excitada,
el capote vuela,
intento pillarlo,
no consigo nada….
Suena el clarín,
¿A quien acudo?
¡Se esconden a mi llegada!
De nuevo tú, otra vez torero,
una larga cambiada,
me colocas, ante mi enemigo,
que no huye a mi mirada.
Arremeto con violencia,
intentando derribarlo,
con todas mis fuerzas,
y el picador con su lanza.
Consigo moverlo, casi derribarlo,
una y otra vez,
bravo en la pelea, y el,
clavándome en la espalda.
El público protesta,
¡Ya está bien!, ¡ya basta!
y mi quitan el rival,
y mi esperanza.
Otra vez suena el clarín,
No, no,
no he podido derribarlo,
y mi sangre por la espalda.
¿Y ahora qué?
¿Dónde mis rivales?
¿Dónde están los hombres?
en la arena dorada.
Bailarines aparecen, sin nada,
valientes en su andar,
me retan en el centro,
acudo sin pensar…
clavándome se escapan.
Las banderillas duelen,
clavadas en mi espalda,
intento quitarlas,
aumenta mi venganza.
Otra vez el clarín
y se despeja la plaza,
ya no acudo, espero a mi rival,
la pelea está en alza.
Aquí te espero, torero,
aquí te quiero,
solos tu y yo, nadie más,
muerte, vida, verdad…
Me retas de frente,
embisto agachado,
un baile de muerte,
de muerte y de engaño.
Una y otra vez,
naturales, derechazos,
pases en redondo,
y de pecho rematando.
Ni huyo, ni me escondo,
raza por mis venas,
herido y cansado,
teñido de rojo, sangrando.
Él publico jalea,
cada vez que me engañas,
rozo tus caderas,
con mi sangre manchadas.
Súbitamente, te paras,
la música calla,
¡ahí estas, de frente!
y la muleta levantada.
Otra vez me citas,
acudo como siempre,
y siento como clavas,
tu espada en mi espalda.
El gentío aplaude,
La gente se levanta,
herido de muerte,
la vida se me escapa.
Aguanto de pie,
la muerte que llega,
ni me rindo, ni arrodillo,
ni ante ti, ni tu mirada.
La sangre me ahoga,
no puedo respirar,
y caigo redondo…,
¡lo que tu esperabas!
Te quedas con la gloria,
y trofeos de mi cuerpo,
pero nunca olvides, sin mí…,
¡Tú no eres nada!
.....................
EL BARQUERO
En el tercer cuarto de mi vida,
sentado en mi escritorio,
con la pluma rauda,
y el alma descansada.
Los sueños aún vivos,
de amores y esperanzas,
me pregunto, sin respuesta clara:
¿Quién pagará al barquero?
¿Quién depositará la moneda,
bajo mi lengua?
Para no ir errante, 100 años,
por las riberas de Aqueronte.
¿Serás tú, mi nuevo amor?
Quien todavía, no he llegado a conocer.
¿Serás tú?, la esperanza soñada,
de una realidad, aun no vivida.
¿Quién me encontraré, en el camino?
y en la encrucijada,
elija la misma senda,
que está, por descubrir.
¿Quién me cojera de la mano?
y sin soltarla,
me lleve,
hasta el final de la orilla.
Llevare una luz,
que alumbre el camino,
y espante las sombras,
de la noche oscura.
Llevare agua clara,
de manantial,
que calme,
la sed de tu alma.
Y al final, tú,
me acompañaras,
colocaras la moneda,
para pagar al barquero.
Y le darás una flor,
blanca como tu alma,
que lo embriagará,
con su olor, con su fragancia.
......................
A MI HIJA CAYETANA
Nacistes del amor,
un día de primavera,
tan frágil, tan pequeña,
tan llorosa y asustada.
Del quirófano salistes,
en brazos de la partera,
con llantos te expresabas,
y sin consuelo siquiera.
Cuando te ví,
cuando te hablé,
paró tu llanto amargo,
ya sabias quien yo era.
¿Cuantas veces te hablé?
mientras en el vientre estabas,
¿cuantas veces te canté?
sobre el vientre de mi amada.
¡Ya eras mía, antes de nacer!
Llevabas mi sangre,
llevabas mi vida,
a tu piel unida.
¡Qué momentos!
Una vida que florece,
en un jardín de espinas.
Nunca olvidaré,
cuando te lleve a casa,
cuando te metí en la cuna.
Memoria de mis recuerdos,
que no quiero olvidar,
de ahí son estos versos.
......................
EL SABER...
Triste soledad la mía,
cual hombre, que ha sido sabio,
y no acepta por amor,
el que viene del engaño.
¿Para qué sirve el saber?
si al final del camino,
terminas por conocer,
a tu peor enemigo.
¿Qué es mejor?
¿Saber, o no saber?
¿Ver, o no ver?
¿Mirar, o no mirar?
Es más libre:
¿El ciego que no ve?
Si el saber o el mirar,
te descubren la verdad,
de un amor fingido,
¿hubieras preferido no oír?
¿hubieras preferido no mirar?
Hubieras preferido no amar…
Tertulia mes de noviembre, poemas de Adolfo Izquierdo Caballero, de Ronda y fotografÃas de Charo Morales Jiménez, de Ronda
