29 de Enero de 2015

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XII Temporada de las Tertulias

Milenio del Reino Taifa de RONDA
"El cinco a las cinco"
en el
Salón de Exposiciones
de la Casa de la Cultura

Organiza:
Colectivo Cultural "Giner de los Ríos"

Presentada por: ALVARO ALCAIDE GUERRERO
Grabación digital: MARIA JOSE SANCHEZ GARCIA

Relatos cortos Árabes,
"Las noches del Milenario"
"EL TESORO"
Autor: Tomas Ortega, de Fuengirola

Poetisa Invitada:
Pilar Redondo, de Córdoba
Que nos presentó su último poemario
"Quejios" del Alma

Música:
MARIA DE GRANDY, de Algeciras

Exposición de fotografías de
NOELIA SANCHEZ ROSADO, de Ronda
Miembro de la Asociación Fotográfica Rondeña

Se obsequió a los asistentes con el
"Cuadernito de Poesías"

 

 

 

 


Rueda de prensa, Resp. Colectivo y Noelia Sánchez Rosado


Tomás Ortega, Álvaro Alcaide, Pilar Redondo

 

MILENARIO REINO TAIFA DE RONDA

La tertulia el Cinco a las Cinco, se suma al evento del Milenario, abriendo las tertulias de 2015, con un relato Árabe del ciclo "Noches del Milenario" cuyo autor es Tomas del Charco, de Fuengirola. El primer relato se titula "El Tesoro"


Tomas del Charco

Relato corto

EL TESORO
Tomás del Charco
06-XI-2014

Hasta hace unos días, siempre había pensado en que, las historias de tesoros, eran el fruto de la más variopinta fantasía. Eran algo que me llamaba la atención, por la magía que despertaba, por el halo de misterio y romanticismo que, las acercaban a las leyendas; y sin pensar en que ahora, la fugaz estrella de un sueño, me borró todas las ideas y conceptos; de modo que me asalta la duda, de si este momento es real. Aquí..., ahora....De si estamos todos, o los pasos pendientes, han de llevarnos a otra latitud. Y podríamos seguir preguntándonos....
Y preguntándome; preguntándoles..., a los ángeles de alguna noche.... A la "estrella de la noche negra".... Perdí el control de la realidad. Probablemente, quedé dormido en profundidad y sin el peso del cuerpo, viajé al infinito mundo de los sueños.
En ese cosmos aparentemente imaginario, la velocidad no existe; pero todo pasa de forma fugaz y sin tiempo. El frío es como una afiladísima cuchilla seccionando seseos; y el calor es la propia axfisia, un gigantesco laboratorio liberando gases, mientras las materias fermentan, se descomponen y se transforman en pos, de una evolución global, tal vez inevitable.
En esa vastedad indefiniable, quizá globosa, salpicada de relieves con formas geométricas, con una luz prestada, escuché un ruido que, pareciéndome amenazador, se transformaba, hasta el punto de parecer una voz...."¡Anda..., si es otra luna!"- Pensé apenas; pues el colmo de la velocidad segó mi vista. Ya sé que aquello, solo podía ser un símbolo; pero no parecía tener conexión, como tampoco que el espacio, vagara como un planeta siniestro, alumbrado por una lamparilla afarolada.
Me sentí con poder y soplé. La llama se extinguió y la blanca "fumata", conformó la imagen de un sueño.
-¡¡No...! Esto no puede ser...! Ya ha sido narrado- Casi grité. Pero la historia se repetía. Y ví cómo, con disimulo, otra personificación afín, podía sus deseos; mientras el genio enojado, me decía que no tenía todo el día.
Caí entonces, en qué confusión estaba atrapado. Sentí enfado colérico y casi al tiempo, el gozo de dormir plácidamente, con la particularidad, de que soñaba que tenía un sueño.
Quise saber y prestando atención, llegué a un extraño espacio, un paisaje de coloridas tierras desnudas, sin árboles, donde dos hombres abrían un hoyo en el suelo.
No pude frenar las carcajadas, cuando advertí que, uno de los hombres, era yo mismo.
"¡Estúpido...!"- Pensé; pero los hombres, sin inmutarse siguieron cabando y sacando tierra, buscando el tesoro.
Confieso, que mi propia actitud me decepcionó; pero mi animo cambió cuando, despojado de mis particulares proyecciones, me encontré solo. El paisaje, aunque semidesértico, estaba poblado de matorral y unos arbustillos, que parecían clones de ordenador.
Andaba por el pie del ribazo y de pronto, una misteriosa fuerza me empujó. Apenas si caí al suelo; pero al apoyar la mano, toqué algo inesperado y tan conocido, como un puño. Me agaché para verlo, lo cogí y tiré para sacar la faca, que apuñalaba a la tierra.
De manera maquinal, sin saber porqué, empecé a remover la arenosa tierra y en poco sin soltar el hallazgo, con su extremo, toqué algo anormal y sin pensar, empecé a descubrir otras armas. No era ese, el tesoro que yo quería; pero inquieto, por el misterio que me sugería, desenterré el probable equipo de algún guerrero, quizas musulmán.
Me sorprendió una tempestad y tuve que echarme al suelo entre el matorral. No puedo precisar si me quedé dormido o, perdí el conocimiento por alguna causa ajena a mi voluntad. Fuera del modo qued fuere, en cierto modo, me sentía feliz; pues contaba con capacidades sorprendentes, mientras recordaba mi suerte, tal vez atrapado en otra dimensión.
Y emergió otra distorsionalidad, donde el sonido envolvía y se suavizaba conforme me adentraba, hasta que, desde el silencio, empecé a recibir mensajes en forma de visiones. Al principio, como que no pensé, en que el destinatario era yo. Pero cuando las historias se repiten, algo cae a la centrifugadora del pensamiento.
Había visto, en un barranco lleno de zarzas y maleza, una especie de persecución; y como permaneciera indiferente, como un vaporoso rayo ascendía, hasta que llegué a ver, lo que parecía un animal acostado. En realidad, conforme me iba acercando, comprendí que otra vez, era una imagen mía. Todo acabó como una pesadilla que, me machacaba desde el pavor.
En otra visión, la imagen marcaba la vida común y había un malaje que, iba sembrando maldad. En otro espacio próximo, veía la escuela y el viejo profesor que, explicaba la aplicación de las armas antiguas, haciendo una demostración práctica, en el tiempo del recreo.
A otro día, la demostración parecía real y diestra, empleando armas antiguas -"Ay Dios- Me atrevía a pensar- ya he visto esas armas antes"- Me soñé y me vi a mi mismo practicando con cada una de ellas.
Y me sorprendió, ver las mismas armas dos veces, más me desconcertó cuando las encontré semiescondidas en el pajar; cuando las fui congiendo para moverme con ellas en las manos.
Me entró gana de limpiarlas y afilarlas, como si lo hubiera hecho siempre; pero opté por dejarlas como estaban. Miré el techo del que colgaban, envueltas en polvo, un peto y el yermo viejo y oxidado. Cada novedad, situación, sueño, visión o hecho aportaba una nueva complejidad que, venía a culminar en una situación más.
¡Qué lejos estaba del tesoro soñado! ¿Donde estaban los metales nobles, las piedras preciosas, los objetos de orfebrería, de la prosperidad fácil, regalada...? Cuando un tesoro...¿Qué es? ¿No es "eso" que alcanza un valor elevado en un momento X? En este caso, casi todo fue esperpéntico, probablemente casual y metafórico, hata llevarme a pensar, que antes ya había hecho uso, quizá profesional, de aquellas armas moriscas, aunque lo importante, quizá fuese saber qué había sido...; qué estaba siendo y volvería a ser.
Era un día acíago, con viento, agua-nieve y un espeso nublado que limitaba la luz. No tenia gana de hacer nada y sin razón, fui al pajar. Allí estaban las armas que, con el pensamiento perdido, miré un largo rato. Hasta que reaccioné y me puse el pantalón de lona blanca que, usaba para cortar las colmenas. Descolgué lo que quedaba de la armadura y me la puse; depués, me colgué la aljaba, llena de flechas, sobre la parte izquierda de la espalda; sobre la derecha y al hombro acomodé el alfanje y el arco; en la mano izquierda la lanza; al mismo costado, colgué la daga; la ballesta, al otro costado y sus saetas, en la cintura, a la espalda y por último, a medio muslo, el portadardos. De esa guisa, podía sentirme como el guerrero, cuyo tesoro dificultaba mi movilidad, o ir sin pensar, que fue lo que hice, cuando una paloma torcaz pasó sobre mí, en vuelo rasante, hasta posarse en una frondosa encina, más abajo, en la falda de la colina, junto al camino. Caminé, como no podía ser de otra manera, despacio, hasta situarme cerca de la encina, para averiguar..., pues aquel vuelo, estaba fuera de conducta de la torcaz.
Vi a un trepador escalar el oscuro tronco, mientras me ocultaba sigiloso, al lado de una coscoja, para ver qué sucedía entre, aquella especie de hurón y la paloma.
Muy poco después, mientras esperaba impaciente el desenlace, oí un ruido ajeno. Confieso que me agité mientras alguien, hablaba en voz baja, "heland óseme la sangre en las venas".
-Vosotros dos id por delante del lagar. Nosotros la rodearemos por detrás- Dijo la voz de alguien....
-¿Y si encontramos gente?- Preguntó ota voz.
-Ya sabéis. A hierro!- Fue la contestación.
Se me cayó el firmamento encima y mientras se me congelaban, aún más los fluídos, oí un batir de alas. Miré y vi la paloma volar hacia mi, perseguida de cerca por un águila. Y como si hubiera olvidado la amenaza, me levanté gritando, para espantar a la rapaz, y aquella banda, a saber de qué, se vieron tan sorprendidos como pasmados, tanto que salieron corriendo, mientras uno decía:
-¡¡Corred! Que viene el fantasma...!
Aunque más despacio, corrí tras ellos, y paré cuando los vi meterse a la furgoneta "perdiendo el culo". El vehículo, arrancó lanzando tierra, piedras y dejando una nube de polvo.
Al regreso, miré por donde los maleantes habían estado y encontré una escopeta con los cañones recortados -"¡Gracias a Dios!"- Pensé y mirando hacia el cielo, vi al ave de presa, dando vueltas a un centenar de metros de altura. Después, miré para asegurarme, de que el automóvil seguía en retirada.
Observé el arbusto, en el que estuve agazapado y comprendí que ellos, no pudieron verme bien y el aspecto diabólico que percibieron de mi indumentaria, les revolcó el ánimo.
Me fuí hacia la casa, despacio y pensativo, mientras trataba de serenarse y para no revelar a nadie lo acaecido.
En tanto me despojaba de la armas y el disfraz, tomé conciencia de cual era mi tesoro, y que gracias a él, ahora podía contarlo o no; aunque una escopeta y dos cartuchos..., lo mejor era deshacerse de ella.
El sol trasponía y creí idóneo, que pasase la noche y el manto del silencio, lo ocultase todo, incluso que había tenido un tesoro, sin saber cómo.

 

Tomás Jesús Ortega Fernández, nace en Huércal-Overa, en 1951, en una familia humilde y campesina, con un padre cuenta cuentos y un tío-abuelo trovero. Muy pronto llenará toda superficie acta de maragatos y dibujillos, empleando piedras, yesones y carbones de la chimenea. Con la escuela llegó el papel y más tarde, en bachillerato, Cantón Checa le induce y anima a pintar.
Pronto conoce a Silvestre Martínez de Haro, joven artista y propulsor en la villa. Y empiezan las exposiciones colectivas; en Huércal-Overa, Zurgena, Cuevas de Almanzora, Almería y otras más importantes como: Exposición Nacional de Artes Plásticas, en 1975 y el año siguiente, Homenaje-Bodas de Plata, Instituto Nacional de Bachillerato "Cura Valera"; firmando TOMÁS ORTEGA.
De forma individual y en esa primera época, expone óleos en 1975 en Almería y en 1976, en Albox, Granada, Huércal-Overa y Macael.
Inicia una segunda época, asistiendo a clases magistrales de dibujo, con el licenciado y pintor Paco Pérez, en la primera mitad de los años noventa. En la segunda mitad y hasta el momento, asiste al Taller de Grabado de la Casa de la Cultura de Fuengirola, con el polifacético artista José Mª Córdoba.
Expone con Juan Morena en Fuengirola en 1999 y con el taller, en Toledo, Málaga, Ronda, Coín, Genaguacil, Urcal y toma parte en dos ocasiones en el Concurso de Grabado del Ateneo de Málaga y en otras tres ocasiones montó exposiciones exprés en Ronda y en Málaga en el 2013.
Ha experimentado, además de con el cinz y el cobre, con plomo, aluminio, plásticos, cartón y otras materias de menor interés; así como con colores a plumilla, boligrafo, rotuladores, lápices, ceras y laca de uñas.
Fue empleado de Telefónica por espacio de treinta años; en Vizcaya y en Málaga, donde tuvo experiencias autodidactas con materiales variados, en ebanistería, talla, pirograbado y escultura; pero gana con pasión y con creces, la literatura que apareció en la adolescencia, con poesía y más tarde, los cuentos, un entremés, la novela corta y algún ensayo; adoptando el nombre de TOMÁS DEL CHARCO, en honra del lugar de nacimiento.
Toda la obra es inédita, salvo "El Pajar", un cuento erótico escrito en verso, editado por el Colectivo Cultural "Giner de Los Ríos"; en Ronda. Quedó finalista en el "Concurso de Cuentos " Villa de Bilbao; tercero en un concurso de cuentos navideños, en Almería.
Cuenta con los poemas de un primera recopilación titulada, "Esbozo poético". Seriales poéticos conforman "Cartas a Nila"; más de cien poemas de amor escritos en torno a la mili, como "A Rosa". Los seriales "Canto a Beatriz" y las "Inundaciones 1983 en el País Vasco" fueron escritos en aquella tierra. En Fuengirola escribe los seriales "Para gozo de los deseos"; y "Poemas bucólicos", en Almogía. A esto, habría que añadir un montón de poemas sin encuadrar aún; pero que tendría cabida en la erótica, lo social, fúnebres y costumbristas, principalmente.
En narrativa, por cuentos extensos estaría: "Degradación de la vida por el sexo", "El travesti", "La patrona", "Purita la estanquera" y una veintena mas cortos. Las novelas cortas "Mercaderes humanos" y "El milagro del Santi Petri".
El entremés "Cuidado con el fuego", los ensayos "En torno a las costumbres", escrito para participar en el Concurso Rousseau y la inconclusa "Cencerrada" con el anecdotario "Relatos de Miguel "El Fator"" conforman casi la totalidad de la obra.
Su relacción con la tierra, en la que creció, ha sido una constante y una preocupación toda la vida. Le ha gustado el conocimiento de las especies y ha experimentado con la germinación de semillas de las especies a su alcance; de cuyas anotaciones es posible hacer deducciones, en condiciones naturales.


Poetisa invitada, Pilar Redondo, de Córdoba,
que nos leerá su último poemario "Quejios" del Alma


Poemario

Las entrañas tienen memoria.

En los labios traigo la flor del cactus y la sal,
la miel, las amapolas y la libertad,
los diamantes y la cordura de los locos.
El perfume y las edulcoradas heridas de guerra.
El vino busca la salida de emergencia.
El póstumo humo no conoce al fuego.
El dolor hijo de la calcinada e interrumpida inocencia.
Las entrañas tienen memoria...

Besos derretidos.

La virginidad de las lágrimas que nacen enfermas.
La línea helada abandona su soporte mortal.
La inconformista nieve sangra para ganar vida.
El erotismo felino del diario de Adán y Eva.
La ciega atadura suministra lentamente
la pólvora mojada humedecida en alcohol.
La impetuosa luna huye y se duerme
sobre el insomnio de mis derretidos besos.

La orquesta del Titanic.

El agua florece ante la orquesta del Titanic.
Todas las víctimas y todos los supervivientes.
El devorador e incombustible fuego quema las cenizas.
La montaña nevada no tiene paredes.
Arden en llamas los poros y el veneno,
que se posan desnudos sobre el negro círculo.
Los cálices embalsamados caminan al encuentro
de la carne inmortal y la miel de mandarinas.

Pilar Redondo

Ninfas.

La fiebre riega las flores venenosas.
La doncella guerrera se acerca de puntillas
al misterio que encierran las palabras.
En los bolsillos de la conciencia se enfrentan
Las raíces de los sauces y el invernizo cielo,
ese lugar donde las cosas suceden.
El escultor de la luz emula a la losa sepulcral.
Las ninfas ligeras de ropa levantan el vuelo.

Ceniza virgen.

El fuego tatuado en la tibieza de la madrugada.
Bebo la ardiente pureza de las palabras.
El agua se descalza y colecciona sus propias lágrimas.
Sensata insensatez subyugada a la extraña idolatría.
Las piedras enmudecen ante el tiempo tumefacto.
El deseo desconoce los límites,
la verdad se desnuda ante la virginidad de la ceniza...

La locura como lenguaje.

Bajo las ruinas yacentes del despoblado desierto
la astillada y hambrienta madrugada construye su existencia.
El reloj gira sin sentido esquivando la herencia del pasado.
Las dudas incineradas me queman en las manos.
La habitación de alquiler traza la herida.
La muda campana desactiva los pétalos destilados.
El "nosotros" le tiende una trampa a la memoria.
Descifro el tiempo y la locura como lenguaje.
Proceso enfermizo que me persigue, me convoca
al hemisferio donde el centinela contaminó mis almas...

Pilar Redondo

 

Música al violín de MARIA DE GRANDY, de Algeciras


MARIA DE GRANDY

 

Exposición de fotos de Noelia Sánchez Rosado, de Ronda (Asociación Fotográfica Rondeña)

 

 

 


Tertulias de Poesías
“El Cinco a las Cinco”
Organizadas por:
Colectivo Cultural “Giner de los Ríos”



Ronda: Patio Mudéjar
Milenio del Reino de Taifa de Ronda
(1015 – 2015)

Cuadernitos de Poesía:
 ENERO 2015 : XII Temporada
PILAR REDONDO, de Córdoba Y
Relato corto Árabes, “Las noches del Milenario”
“EL TESORO”
Autor: Tomas Ortega, de Fuengirola


                     
             

Próxima Tertulia
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XII TEMPORADA

En el
Salón de Exposiciones de la CASA DE CULTURA

Jueves día, 26 de FEBRERO de 2015
a las 20,30 horas
Relato corto "NOCHES DEL MILENARIO"
"LAS VIUDAS" AUTOR: TOMAS DEL CHARCO, de Fuengirola

Poetisa Invitada:
CARMEN SANCHEZ MELGAR, de Sabinillas
Que nos leerá su antología poética

Música del cantautor:
MANOLO BAEZ, de Algeciras

Exposición de fotografías de
ANDRES RODRIGUEZ GONZALEZ, de Ronda

Presentada por: ALVARO ALCAIDE GUERRERO
Grabación digital: MARIA JOSE SANCHEZ GARCIA


 Se obsequiará los asistentes con el “Cuadernito de Poesías”

Presentación: Álvaro Alcalde Guerrero
Grabación digital: María José Sánchez García

 

 


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